Protección frente a los tratamientos de conversión
Cada cual decide por sí mismo a quién quiere y a qué género siente que pertenece.
Sin embargo, algunas personas no respetan este derecho. Quieren cambiar a las personas homosexuales o transexuales, por ejemplo. Intentan cambiar o suprimir la orientación sexual o la identidad de género de las personas. También se llama tratamiento de conversión.
Los tratamientos de conversión son inútiles e incluso perjudiciales. Pueden hacerle enfermar mentalmente. No se puede cambiar a quién ama una persona ni a qué género siente que pertenece.
Por este motivo, está prohibido someter a menores de 18 años a este tipo de tratamiento. Eso es lo que dice la ley. Esta ley también protege a los adultos que, por ejemplo, van a ser tratados contra su voluntad o por ignorancia. Nadie debe presionarle ni obligarle a nada.